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sábado, 20 de noviembre de 2010

COMO CUIDAR A TU PERRO
Casa y Alojamiento:


Primero asígnale un lugar a tu perro. Puede ser dentro o fuera de la casa, 
sólo fíjate que en él se pueda resguardar del sol, la lluvia y el frío. Si va a 
vivir dentro de la casa, escoge 
un espacio especial para 
colocar su cama. Tu perro debe tener su propio espacio.
Mantén siempre limpio el lugar donde habita tu perro, además de seco y 
ventilado, para que no guarde 
humedad, calor ni malos olores. Es lo mejor para el perro y para ti.
Nunca uses desinfectantes comunes en el hogar, como cloro, limpiadores para 
pisos, para vidrios, etcétera. Puedes usar detergente, pero debes enjuagar 
muy bien la casa para no dejar residuos, porque ocasionan alteraciones en 
la piel de los animales, las cuales pueden llegar a ser graves.
Tampoco utilices insecticidas, a menos que tu perro no esté en contacto con 
estos productos. En todo caso, después de la aplicación ventila perfectamente el 
área por lo menos cuatro o cinco horas antes de 
que tu mascota esté en el lugar. Los insecticidas le causan intoxicaciones 
severas y hasta la muerte. Jamás dejes venenos o productos para exterminar
 fauna nociva, como venenos para ratas, cucarachas, alacranes, etcétera, al alcance 
de tu perro, porque estos productos pueden matarlo en pocas horas si no los atiende inmediatamente el veterinario.


Accesorios y utensilios:

Los accesorios ideales para alimentar y darle agua a tu mascota están hechos de
aluminio porque este material no se oxida y es fácil de asear. Además, tu perro
no podrá mordisquearlos. También son aceptables los accesorios de plástico,
siempre y cuando tu perro no los destruya. Es importante que escojas el tamaño
de los utensilios en proporción al animal y que consideres el número de animales: cada
uno de ellos debe tener su propio plato, para evitar pleitos o que alguno se quede sin
comer.


Los Juguetes:

Los huesos de carnaza son ideales, porque además de servir como juguetes, son
efectivos para limpiar los dientes y fortalecerlos. Son especialmente útiles cuando
los cachorros destruyen las cosas del hogar. Te conviene comprar al menos uno
a tu perro.
Las pelotas deben ser proporcionales al tamaño de tu perro. Nunca deben ser
pequeñas porque tu mascota puede tragárselas y causarle diversos trastornos o
hasta la muerte por obstrucción. Tampoco deben ser de esponja ni plástico
flexible –pelotas inflables–, pues al morderlas es fácil que tu perro trague fragmentos
del material, y con el tiempo tenga trastornos intestinales severos.
Se recomiendan los muñecos de trapo.
En el Baño:


¿Cada cuándo debes bañar a tu perro? Debes bañarlo cada tres o cuatro semanas,
para evitar el exceso de humedad en la piel y, como consecuencia, su resequedad.

¿Con qué debes bañarlo? Usa agua tibia y jabón neutro, con el fin de evitar
enfermedades de la piel, como resequedad, caspa, urticaria, etcétera. Si el animal
tiene parásitos externos como pulgas o piojos, báñalo con algún jabón especial,
como jabón del Perro Agradecido, Asuntol o alguno recomendado por tu veterinario.

Nunca uses champú, acondicionadores, ni detergentes, porque resecan la piel,
causan caspa, o problemas que pudieran llegar a ser graves.

Cepillado. Si tu perro es de pelo largo cepíllalo a diario con una carda especial
–cepillo para perros– y si es de pelo corto, cepíllalo por lo menos 3 veces a la
semana para mantener la sedosidad y brillo del mismo.

Uñas. Si tu perro vive dentro de la casa es necesario que le revises las uñas,
porque en esas condiciones las uñas no se desgastaran naturalmente y crecen en
exceso. Esto le causará molestia al caminar, dolor e, incluso, se le pueden enterrar
y producir abscesos. Mejor recórtalas cada dos o tres meses con la ayuda del
veterinario, según sea el caso.

Oídos. Son una parte fundamental de la anatomía de tu perro. Junto con el olfato,
los perros piensan con este sentido; quizás lo usan más que la vista. Por tanto,
debes limpiar los oídos de tu perro con detenimiento y cuidado por lo menos una
vez al mes. El procedimiento es relativamente sencillo. Puedes utilizar agua oxigenada
o un poco de vinagre rebajados con la misma porción de agua. Limpia la oreja de la
parte interna –la que está en contacto con el cuerpo– con un algodón mojado con alguna
de las sustancias mencionadas, cuantas veces sea necesario hasta que queden
bien limpias. Posteriormente, con una mano levanta la oreja y con la otra moja un algodón
limpio; exprímelo lo más posible dentro del oído. De inmediato, oprime ligeramente la
parte baja del oído –no de la oreja–, y dale un ligero masaje por unos segundos. Deja
que tu perro sacuda la cabeza para que expulse el exceso de líquido del oído. Por último,
con un algodón seco limpia la parte interna
de la oreja y del conducto auditivo. Repite el mismo procedimiento para limpiar el otro
oído. Desde luego, para que lo hagas bien, necesitarás algo de práctica.

Sacos anales. Comúnmente olvidamos los sacos anales o simplemente no sabemos
que existen, pero juegan un papel importante. Si no los limpias constantemente tu
perro defecará con dificultad o sufrirá de estreñimiento severo y dolor.

Estos sacos se encuentran en la parte interna y final del recto, junto al ano. No se ven
pero puedes palparlos. Para limpiarlos, levanta la cola a tu perro. Al lado del ano
sentirás pequeños abultamientos –éstos son los sacos anales. El procedimiento es fácil.
Colócate a un costado del animal; levántale la cola con una mano, y con la otra desliza
suavemente los dedos índice y pulgar a ambos lados del ano para que no lesiones el área.
Un líquido maloliente saldrá a presión: es excremento atrapado en los sacos que no
puede salir sin una ligera presión. Si nada sale, no te preocupes: pudiera ser un buen signo,
pues tu perro pudo hacerlo sin tu ayuda, con el famoso cochecito. Si no sale nada
pero sientes abultamiento en los sacos, consulta al veterinario.

Si tienes un perro de raza pequeña seguramente tendrás que limpiarle los sacos anales.
Si, en cambio eres dueño de uno grande o mediano, a lo mejor no tendrás que hacerlo,
pero no te confíes.

Dientes. Son una parte importante, pues con ellos tu perro tritura el alimento que come.
Lávalos con productos y cepillos especiales para perros; nunca con tu pasta, es muy
agresiva para ellos, les pica y les arde. Si prefieres, proporciónale huesos de carnaza
para que se los limpie él mismo y te liberes del round.

Ojos. Los ojos son la vida. Los animales de razas pequeñas suelen sufrir padecimientos
en los ojos,generalmente se les irritan y lagrimean mucho. porque se encuentran cerca
del suelo y el polvo los infecta. Te recomendamos laverle los ojos y el área por donde
corre la lágrima –pelitos pigmentados– por lo menos tres o cuatro veces a la semana con
agua de manzanilla tibia y fresca. Si tu animalito presenta otros signos, como ojos
cerrados, párpados inflamados, dolor al tocarlos, comezón, inflamación del tercer párpado
por más de cinco días, u opacidad del ojo, llévalo al veterinario para que haga la revisión
pertinente. No dejes pasar más de ocho días sin que tu perro sea examinado por un
veterinario. La negligencia puede ser grave. 

Instrucciones para salir a pasear:

Acostúmbralo a salir siempre con collar y correa. De esta manera puedes tener control
sobre él y evitar que lo atropelle un coche, agreda a alguien, se pelee con otro animal
o se extravíe.
Ponle siempre su placa de identificación. Si llegara a extraviarse, la placa aumenta
grandemente tus posibilidades de encontrarlo.
Siempre lleva contigo una bolsa para levantar el excremento de la vía pública.
Vigila que no coma desperdicios, excremento de otros animales, tierra, etcétera, pues
puede enfermarse.
Si vas a salir en coche, no le des nada de comer, por lo menos dos horas antes de la
salida. Se trata de que no vomite ni defeque en tu coche. Puedes darle de beber agua
solamente antes y después del paseo. De todos modos, asegúrate que orine antes de
subirse al coche. De ser posible, llévalo en jaula transportadora; es lo mejor.

El Manual del Perro viajero:

Acostúmbralo a salir siempre con collar y correa. De esta manera puedes tener control
sobre él y evitar que lo atropelle un coche, agreda a alguien, se pelee con otro animal
o se extravíe.Ponle siempre su placa de identificación. Si llegara a extraviarse, la placa
aumenta grandemente tus posibilidades de encontrarlo.
Siempre lleva contigo una bolsa para levantar el excremento de la vía pública.
Vigila que no coma desperdicios, excremento de otros animales, tierra, etcétera, pues
puede enfermarse.
Si vas a salir en coche, no le des nada de comer, por lo menos dos horas antes de la
salida.
Se trata de que no vomite ni defeque en tu coche. Puedes darle de beber agua solamente
antes y después del paseo. De todos modos, asegúrate que orine antes de subirse al
coche. De ser posible, llévalo en jaula transportadora; es lo mejor.

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